EL “DIA DE CAMPO”: ¿META O METODO?
Hace
algún tiempo participé de un “Día de Campo” sobre seguridad alimentaria,
invitado por el jefe de Extensión de la zona. Fue un noviembre, culminación de
proyectos. Tiempo seco y un sol radiante
enmarcaban el ambiente.
Cinco
estaciones habían sido organizadas y preparadas con todos los detalles. Tres
agricultores y dos técnicos eran los encargados de cada una de ellas. La
bienvenida estaba a cargo del dueño de la finca. Después del saludo se pasaba a
la segunda estación, en la que se trataba la importancia de una buena nutrición
y lo fácil de obtenerla con productos de la finca. Estaba a cargo de una
nutricionista. La tercera y siguiente a
la producción de las gallinas, las hortalizas, y frutales. Dos agricultores de
la zona, que habían desarrollados proyectos similares fueron los encargados de
los temas. Mostraron gran seguridad y experiencia. En la última, a cargo del
técnico, se absolvieron consultas de costos, consecución de los insumos, las
ayudas institucionales y la logística para un posible programa del años
siguiente.
Un
poco más de doscientas personas entre agricultores , amas de casa, profesores
de escuela y algunos estudiantes, participaron del evento. Desde luego, también
los técnicos de la zona: del Comité de cafeteros, de la Umata (Unidad municipal
de asistencia técnica), de la Secretaría de agricultura del departamento y del
ICBF (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar).
Cuando
se terminó la jornada, hacia las 4 de la tarde, quise reunirme con el jefe de
la zona y con los técnicos que llevaron a cabo este programa. Les di mis
agradecimientos por la invitación y mis felicitaciones por el éxito obtenido,
la excelente organización y la estupenda participación. Les comenté las
apreciaciones que algunos agricultores me dieron en unas cortas e informales
entrevistas. Todas muy positivas. Algunos me preguntaron que cuando sería el
próximo evento de esos (!!!).
En
seguida pasé a preguntarles:
-
Cual fue la meta del proyecto de seguridad
alimentaria para la zona?
-
Ochenta y
cuatro, me respondió el jefe,- sin vacilar. Pregunté, entonces
-
Cuantas familias llevaron a cabo el proyecto?
-
Noventa y dos, hasta el mes anterior – respondió el jefe. Yaqui vino mi pregunta:
-
Y, si ya habían cumplido la meta del
programa de seguridad alimentaria, era necesario esta actividad del día de
campo?. Se miraron un poco desconcertados; pero en seguida respondió el
ingeniero agrónomo de la Umata: _Es que… para este año se presupuestaron unos
recursos para
días de campo y otras actividades como cursos cortos y giras, en el programa de Seguridad alimentaria… y teníamos que gastarlos antes del 30 de este mes de noviembre…
días de campo y otras actividades como cursos cortos y giras, en el programa de Seguridad alimentaria… y teníamos que gastarlos antes del 30 de este mes de noviembre…
-
De acuerdo con esto- pregunté: cual era la meta…entonces… llegar a ochenta y cuatro
familias con proyectos establecidos…O…cumplir con la ejecución del presupuesto
para los días de campo?
-
Era el día de campo… la meta…o el método para
alcanzar la meta?
Algunos
de estos técnicos participaron semanas después en una capacitación que dirigí
sobre la “Gerencia de
la metas en Extensión”; y este caso fue tema de un saludable y esclarecedor debate.
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