Páginas

miércoles, 25 de mayo de 2016

QUE SU CONTACTO CON EL PRODUCTOR SEA DE ENRIQUECIMIENTO MUTUO

Por no preguntar primero...

Recuerdo que en una ocasión le llamé la atención con cierta severidad a un productor porque no acudió a la oficina el dia que habíamos acordado. Le estaba tramitando un crédito bancario para el sostenimiento de cultivo y el mejoramiento de la vivienda; y, precisamente en la fecha que él debía firmar los documentos para presentarlos al banco, no apareció. Cuando lo encontré, días despues en una reunión para hablar de líneas de crédito, lo llamé aparte y le hice un fuerte reclamo. Fuí un poco severo con él, debo confesarlo.

Cuando terminé mi amonestación, exaltado,  en la que le mencionaba el esfuerzo que yo había hecho para obtenerle ese recurso, empezando por las varias visitas a su finca, el diligenciamento de la papelería, los croquis de la finca, la planificación de la inversión, etc, etc, el agricultor aquel, muy serenamente me dijo solo esto: "no pude cumplirle la cita porque mi esposa se enfermó esa noche. Tuvo un parto muy riesgoso". (Advierto que en ese tempo no había whatsApp ni otra clase de mensajería. Bueno... tampoco crea que soy tan viejo).

Ante esta aclaración del agricultor me sentí tremendamente avergonzado! Pero no fui capaz tampoco de pedirle excusas. Qué orgullo el mio.

Muchas lecciones aprendi.

La principal lección que aprendí de este y otros casos similares es que tratamos con personas, no con con plantas ni con animales.

Que estas personas nos necesitan y nosostros necesitamos de ellas.

Que somos un instrumento intitucional para promover y fcilitar el desarrollo rural, empezando por el crecimiento y el desarrollo de las personas.

Que cualquier contacto con estas agricultores y sus familias, como las visitas, las reuniones, los cursos,  giras, etc. deben ser un PRETEXTO para propiciar  formación humana.

Que las personas están ávidas de comprensión, de amistad , de confianza; de alguien que les dé aliento, que les escuche, que les preste atención a sus problemas, aún más allá de los simpelemente tecnológicos. Si solo aprendiéramos a escuchar...!!! 

Y para eso no se necesita ser sociólogo, ni saber mucho, sino SENTIR mucho, ser sensibles.

Si saliéramos al campo con la mente abierta y el corazón dispuesto a recibir, a conocer, a aprender, a construir, tambien nosotros terminaríamos la jornada de trabajo edificados, enriquecidos. Y esto da alegría. Es más, es motivo de felicidad.


Infortunadamente esto no lo enseñan en la Universidad.

No piense, apreciado colega, que  esta es una reflexión dulzona, "zanahoria". Es la esencia de nuestro trabajo. Porque, si apuntamos a una vida plena, feliz, (en cuanto es posible) eso solo se logra cuando damos lo mejor de nosotros mismos: entusiasmo, compromiso, amistad desinteresada... amor. Ha sido mi vivencia.

En su próxima visita de asistencia técnica.

O en su próxima actividad de extensión rural (reuniones, cursos, etc) asuma esta actitud de observación, de escucha, de aprendizaje. Sea más receptivo, no impositivo; y verá el cambio en los demás y... principalmente en usted mismo.

 













No hay comentarios.:

Publicar un comentario