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miércoles, 28 de junio de 2017

SI USARAMOS ESTAS PREGUNTAS...

CUAL DE ESTAS PREGUNTAS USA CON MAS FRECUENCIA?

Cuando recibí el correo en el que me invitaban a dictar una conferencia a la comunidad Linkata, en Corpoica, en noviembre del 2016, me pidieron que hablara de la Comunicación Asertiva en la Asistencia Técnica. Me puse en contacto con la persona encargada. Después de escuchar sus inquietudes y expectativas le comenté lo que consideraba muy necesario presentar para reflexión a los profesionales y asistentes técnicos agropecuarios.

Había leído un libro de Simon Sinek: “Start with Why” (“Empiece con el por qué”). También había visto varias veces su conferencia en TED sobre el mismo tema (con más de 32,8 millones de visitas). Desde entonces para mí era claro que en el trabajo de campo (como en toda organización que procura la excelencia) estas tres preguntas expuestas por Sinek apuntan a tres niveles de comunicación y comprensión. Las tomo prestadas, adaptándolas, porque me parece que inspiran el mejoramiento del trabajo de Extensión y Asistencia Técnica Agropecuaria.

Sinek llama a esta figura el “círculo de oro”





Primera pregunta: QUE?. (Cual?).
Conduce a la exploración. Destaca las características de un fenómeno perceptible por los sentidos: color, olor, peso, sabor, cantidad, calidad. Es la primera parte de un diagnóstico. Lleva a la superficie, a lo externo. Muchas veces nos quedamos allí. Ejm.
¿Qué producción de leche, cacao, café, plátano, tabaco… hay en tal o cual zona?
Qué problema fitosanitario está afectando la producción de…?
Qué costos, qué volumen, qué calidad se están reportando…?

Los cursos y la mayoría de la capacitación técnica -y profesional- conduce al QUE hacer. Es el diario actuar, la base de las recomendaciones en asistencia técnica:
 “Aplique tantos c.c. de esta medicina”. “Fertilice con tantos gramos de… por planta, o por hectárea”. “Recolecte los granos maduros, sobremaduros y secos”. “No deje granos maduros en el suelo”.

Con el QUE se entrena, se adiestra, se mecaniza una acción.

Segunda pregunta: COMO?
Describe la metodología, el proceso. Todos los “métodos de extensión”, responden a esta pregunta. Es la mayor area de la capacitación de los extensionistas y profesionales en sus distintas disciplinas. Y es la pregunta más frecuente de los productores. “Cómo controlo tal o cual plaga?”. “Cómo se aplica la vacuna para …”. “Cómo se usan las bandejas flotantes?”

Respecto a los métodos, debe haber un millón y algunos más; pero los principios son pocos. El hombre que aprende los principios elige exitosamente sus propios métodos. El hombre que elabora métodos ignorando los principios, seguramente tendrá problemas”, dice Ralph Waldo Emerson.

Cuando se enseñan metodologías, tecnologías, se tienen problemas porque las tecnologías son dinámicas. Cambian con la innovación. Cuando se enseñan principios, las metodologías se ajustan de acuerdo con las circunstancias particulares de cada zona o región.

Tercera pregunta. POR QUE
Apunta al núcleo, a la genética misma de la verdadera comunicación, de la comprensión. Da razón de la motivación, de los valores, sentimientos, creencias. Son el motor de un comportamiento de una vida, de una organización, de una actividad.

No se trata de una pregunta tipo encuesta. Es cuestión de observar, de experimentar, de compartir, de comprobar; de manera sistemática, preguntando y preguntándose el por que de una realidad personal, familiar, técnica, organizacional, empresarial.

“Por qué los productores no adoptan después de tanto tiempo enseñándoles lo mismo?”

“Por qué siguen produciendo con esa tecnología?

Por qué no siguen los ejemplos vistos en las giras y en los días de campo?

“Por qué esperan que les den todo?

Preguntémonos: “Por qué no probamos otra metodología, otro proceso?”


La pregunta desequilibra. Explora límites. La admiración, el aplauso, aletarga el ego.


Infortunadamente es más fácil (cómodo) enseñar, transferir, recomendar que investigar.


Si desea ser más eficiente, y causar más impacto, empiece por el
POR QUE.










miércoles, 14 de junio de 2017

SIRVE DE PISTA PARA LA INNOVACION EN EXTENSION RURAL?

Acababan de regresar mi hijo y su familia de un viaje por unas ciudades en Ohio, USA. Habían pasado allí una semana, por  trabajo y descanso. Visitaron algunos parques nacionales. Sus niños sonjunior rangers”. En cada uno de esos sitios hicieron las actividades propias para recibir las respectivas insignias. Ya a la hora de la cena, todos comentaron sus gratísimas experiencias. Y la que más los dejó impresionados fue la realizada a un parque nacional, al museo y al campo de pruebas, por todo lo que significó aquel invento para la humanidad. Me motivó tanto esa historia que quise visitar la ciudad. Y lo hice en compañía de mi esposa y de mi hijo, unos días después. Tres horas en carro nos separan de Dayton, (Oh) desde Ann Arbor (MI).

Ejemplo para la innovación en nuestro trabajo?

Fue la pregunta que me la hice al final del día, cuando terminé el recorrido por el museo, el taller y el campo de las primeras pruebas. En el museo pude apreciar todos los pasos. Están documentados con fotografías, modelos, apuntes. Los avances y retrocesos. Los logros y los fracasos, hasta el accidente, que casi le cuesta la vida a uno de los protagonistas.

Persistían. Pidieron la información que necesitaban a un afamado Instituto: el Smithsonian. Elaboraron modelos.  Observaban, ensayaban, registraban, medían. Todo quedaba consignado: diagramas, pruebas y resultados.


El regalo, que inspiró su sueño.






Modelo exacto al regalo del padre a sus hijos. Foto: Ligorio Dussán

Todo empezó con un pequeño regalo de su padre, Milton.  Tanto lo entusiasmaba a uno de ellos que la profesora tuvo que llamarle la atención para que atendiera la clase. El video que exhiben en el museo resalta este hecho. Vivía obsesionado.

Más tarde los dos se convirtieron en empresarios de las artes gráficas y de las bicicletas. Tenían un taller con cuatro puntos de venta en la ciudad.  Sus productos eran de altísima calidad. De allí su éxito comercial. No eran profesionales, ni tenían estudios superiores. Solo los básicos; sin embargo, lo que inventaron tiene un alto contenido científico. Descubrieron tres principios que aún hoy persisten, y son el fundamento de esta industria.

Un trabajo de equipo, sin recursos oficiales, pero…

Katharine, se dedicaba a atender el negocio de las bicicletas mientras sus hermanos se dedicaban a las investigaciones, los ensayos de laboratorio y pruebas de campo. Cada uno cumplía con su papel en este equipo orientado a un objetivo preciso. No con financiación distinta a la de sus propios recursos sacados del negocio de la imprenta y las bicicletas. No tenían apoyo oficial ni “grandes amistades”. Tampoco eran los primeros ni los únicos en este empeño. Otros, como Alberto Santos Dumond, con estudios superiores en Francia, hijo de un granjero caficultor, en Brasil; y Otto Lilienthal, ingeniero e inventor, en Alemania, lo estaban intentando, cada uno por su lado.

Foto: Ligorio Dussán

Samuel Pierpont, astrónomo, físico e inventor norteamericano, había recibido cincuenta mil dólares del gobierno y veinte mil más del Instituto Smithsoniano. Tenía grandes conexiones con la Universidad de Harvard. Contrató los grandes talentos del momento. El periódico The New York Times seguía de cerca sus experimentos. Ante el fracaso, desistió. Quería fama y dinero según comenta Simon Sinek en sus libros y conferencias.


Campo donde los hermanos Wright lograron su primer vuelo. Foto: Ligorio Dussán

Fueron los hermanos Orville y Wilber Wright, en Dayton, los que lograron la hazaña el 17 de diciembre de 1903: volar un aparato tripulado, más pesado que el aire. Sin recursos, sin prensa, sin amistades influyentes. No era la fama ni el dinero lo que los motivaba. Tenían un sueño y una pasión.

Descubrieron principios y alcanzaron a desarrollar algunos modelos de aparatos voladores.


Los diseños y modelos  varían.  Los principios los soportan.



























viernes, 2 de junio de 2017

Y… SI SOLO HICIERA ESTO…EN SU TRABAJO.



Dos profesores de mi posgrado.

Vicente Flórez y Jorge Lopera son dos ingenieros agrónomos. Se desempeñaban como profesores del PEG (Programa de Estudio para Graduados). El PEG era un convenio especial entre el Ica (Instituto Colombiano Agropecuario) y la Universidad Nacional, para ofrecer y otorgar títulos de Maestría a profesionales de ese Instituto Tenía varios programas: Desarrollo rural. Entomología, Suelos, Fisiología vegetal, Fitomejoramiento, entre otros.

Vicente acababa de llegar de hacer su maestría en la Universidad de Nebraska, gracias a una beca de la Fundación Ford. Estaba encargado del área de economía en la materia de administración agropecuaria. Hablaba con soltura de puntos de equilibrio, ingresos marginales, relaciones insumos/productos, funciones de producción, programación lineal; y otros, acompañado por un veterinario, Ph.D, en economía, especialista en Microeconomía.

Jorge, candidato a Ph.D. en economía, se interesaba más por la economía campesina. Estudiaba su racionalidad y su eficiencia. Escribió algunos ensayos, basado en estudios de casos. Demostraba con cifras la rentabilidad económica de esta actividad primaria, frente a la alta tecnificación en algunos cultivos permanentes. Algo parecido a los estudios y trabajos de Alexander Schejman. (Me contó después, que no volvieron a invitar de un gremio a hablar de este tema).

La monografía de grado.

Estaba trabajando en uno de los cinco Proyectos de Desarrollo rural iniciales financiados por el BID, en los que el ICA se había embarcado. Había escrito unos perfiles de proyectos de mejoramiento de plátano y de caña panelera en una zona campesina, minifundista. Esto, sin duda, había sido un motivo para que mis superiores me hubieran otorgado la comisión de estudios de Maestría en Desarrollo rural que estaba concluyendo.

Consulté y discutí con mis profesores en varias ocasiones mi inquietud de realizar una investigación que facilitara un mejoramiento en la productividad del campesino. Escogí el cultivo de la caña panelera. Me interesaba  conocer las condiciones propias de la cultura campesina y la tecnología local de producción de ese cultivo.

Qué tal un análisis de grupo?.

Fue la sugerencia dada por mis tutores. “Es una metodología propuesta por Chombart de Lawe. Ha sido aplicada en casos similares en Colombia, y es muy práctica”, me comentaron.
Revisé literatura, consulté estudios realizados, y me entusiasmé con este proyecto. Viajé a la zona de San José de Isnos en el Huila y pasé varios días compartiendo con los productores de caña. Hice encuestas, las tabulé y les apliqué el rigor académico exigido para los trabajos de grado: análisis estadísticos, análisis de varianza, y otras que me llevaran a obtener conclusiones que sirvieran para hacer las recomendaciones técnicas.

Las cuatro o cinco labores –significativamente diferentes- que los productores del grupo cabeza aplicaban a su cultivo entraban a formar parte de las recomendaciones técnicas a los grupos medio y cola. Eran probadas como efectivas en la zona.

Y… si usted solo hiciera esto mismo en otros productos”?.

Fue una de las preguntas del jurado, al momento de la sustentación.

_Estoy convencido de la aplicabilidad en otras actividades productivas, siempre y cuando sean explotaciones regulares en cuanto a área, condiciones similares de suelos… -respondí.

Por lo práctico y útil de esta metodología, ahora la recuerdo y quiero proponérsela a usted, quitándole ese ropaje académico para dejarla en lo esencial. Pienso que es aplicable a su trabajo de campo. Se la resumo de la siguiente manera:

Primero: Tome una muestra de 20 a 30 productores del producto (cultivo o explotación pecuaria) que desea mejorar. De la misma zona y de área similares.

Segundo. Identifique el rendimiento de ese producto: Kilos/Ha, litros de leche/vaca, kilos de carne/Ha, etc.

Tercero. Tabule y construya una gráfica con los rendimientos por hectárea, como la que se muestra en la figura 1.




Cuarto. Agrupe los resultados en tres grupos. (Ver figura 2)


De acuerdo con este ejemplo hipotético, el primero, con nueve productores, corresponde al grupo “cabeza”. Produce en promedio más de 20 tons/Ha. El segundo, con trece productores, producen entre 15 y 20 toneladas/ha. Y el tercero, el grupo “cola”, tiene unos rendimientos de menos de 15 toneladas.

Quinto: Con su equipo de compañeros identifique las actividades claves que hacen diferentes esos grupos.

Esta metodología le permite a usted:

a)    Recomendar a los grupos menos productivos, lo que ya está probado por el grupo cabeza. (Al grupo cabeza sí le pueden recomendar los resultados de los centros de investigación).

b)   Realizar labores diferenciadas para cada uno de los grupos; y dejar de tratarlos a todos con los mismos cursos, las mismas demostraciones y los mismos temas.

c)    Hacer evaluaciones de las metodologías de trabajo y de los resultados de los mismos, más precisas y objetivas.


 Tome nota.

En el mes de Agosto es el curso "Cómo gerenciar proyectos de desarrollo rural".










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