Qué gran experiencia!
Me invitaron a orientar unos procesos de liderazgo femenino
con grupos de mujeres rurales, caficultoras, del departamento de Caldas.
Participaron ciento veinte en cuatro grupos de treinta cada uno. Representantes
de las quinientos integrantes de las cuatro regiones.
La Musicoterapia organizacional dirigida por un experto en
el tema (como quiera que ya lo ha hecho con empresas del sector petrolero y
otras de la industria); y una mayéutica práctica fueron –en el fondo- las
metodologías aplicadas en el desarrollo.
Escenario inspirador.
Montañas y
poblados; culturas y
paisajes; cafetales en faldas de una geografía empinada y cuatro regiones diferentes
de Caldas.
Es en este escenario en el que se enmarca un especial
encuentro: unos talleres de consolidación del liderazgo con mujeres
caficultoras, con el lema “Liderar para crecer”.
Mujeres asociadas en grupos que luchan por hacer patria, que
cultivan el grano añorando esperanzas. Son las caficultoras de Caldas, asociadas en grupos,
que expresan sus deseos de superarse, y buscan afanosas llegar a ser empresarias.
No importa el color, la etnia, la edad, o la raza. Todas a
una comparten enseñanzas. “Liderar para crecer” fue lema y semblanza, en cuatro
regiones, y en cuatro jornadas. Norte y Oriente, Centro y Occidente, fueron los
marcos de esta gran temática.
No fue ni un taller
más.
Ni una reunión más. Así lo comentaron.
Fue el encuentro para descubrir si se sabe escuchar, si se
sabe expresar; y cómo ejercer liderazgo para poder mejorar. Liderazgo femenino,
de raza pujante, decidido y firme, que hay que empoderar.
Los instrumentos musicales, y las notas arrancadas sin mayor
entrenamiento que la natural espontaneidad, hicieron vibrar las fibras sensibles
de fervor y ansiedad, traducidos en deseos de un mejor vivir, y el
fortalecimiento de la comunidad.
Los dos facilitadores: un joven animoso, músico talentoso
y experto en Musicoterapia
organizacional; y su padre, Ingeniero
de campo, extensionista de vasta experticia en el tema social,
orientaron las actividades con guías escritas, adaptadas a cada grupo local.
Reflexiones, no charlas, sobre
temas de autoconocimiento y el de los demás; así como los hechos que hacen al grupo la unidad valorar,
surgieron de técnicas como dibujos proyectivos con su explicación individual y
grupal. En lesos mismos se plasman los problemas y vicios que harían al grupo surgir
o fallar.
Ya había un terreno fértil.
Los trabajos de acompañamiento y
talleres de años atrás, realizados por las profesionales que a ellas acompañan,
ya muestran sus frutos. Ya hay madurez!. Solo resta darles más autonomía, como
la cometa que pide cuerda para alzar vuelo y remontarse en la lejanía.
Los mejores deseos y augurios
por el fortalecimiento esos grupos de mujeres y el florecimiento de nuevos, con mujeres emprendedoras, enérgicas y entusiastas!.
Qué gran experiencia! Motivante y motivadora para todos,
participantes y facilitadores.
Una gran experiencia, gracias por compartir tu conocimiento y amor por el campo
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