¿LE SON FAMILIARES ALGUNAS DE ESTAS OBJECIONES
EN SU TRABAJO DE EXTENSION Y A.T.A.?
Me gusta acompañar a algunos de los extensionistas en
su trabajo de campo, después de realizar talleres con ellos. Disfruto esta
actividad: observo, pregunto, escucho, aprendo.
Me llama especialmente la atención cuando los beneficiarios (productores
agropecuarios) les dan algunas excusas o les
rechazan una recomendación o sugerencia técnica. Los colegas,
extensionistas, asistentes técnicos agrícolas y pecuarios, ambientalistas, así como promotores sociales, reaccionan de diversas
maneras ante esos rechazos:
-Unos se
enfurecen (y no lo disimulan);
-Otros
interrumpen con vehemencia;
-No pocos son los que, armados con boletines
científicos tratan de convencerlos
de sus afirmaciones.
-La mayoría,
sacan papel y lápiz para demostrar, con calculadora en mano, el “gran negocio” del que se pierde si no acata sus recomendaciones.
Pretenden estos colegas, hacerles ver a toda costa
la idea de aplicar más tecnología para mayor productividad. (Esto es cierto, y
ya lo saben los productores; pero eso solo es posible en los centros de
investigación, o cuando se cuenta con recursos suficientes como para controlar
todas –o la mayoría- de las variables que afectan la productividad). Si no lo aplican no es porque no lo sepan.
Hay otras razones que habría que averigüar.
Lo que no enseñan en la Universidad.
Infortunadamente la Universidad poco – o nada- se
preocupa por desarrollar estas tres habilidades fundamentales (entre otras), para
el trabajo de los profesionales de campo:
- Aprender a escuchar. Cuáles son esas
distintas formas de escucha, hasta llegar a la escucha empática. Sus
implicaciones y efectos en el diálogo de saberes y en los acuerdos.
- Aprender cómo aprenden los
productores. Existen cursos sobre métodos de enseñanza, métodos de extensión, pero
no sobre cómo es el proceso de aprendizaje de los adultos (muchos de ellos
analfabetas funcionales)
- Cómo manejar los rechazos, las
objeciones. (Pareciera que este es un tema de exclusividad de los vendedores… vedado
para los extensionistas y profesionales de desarrollo rural). Son
condiciones? Son pretextos? O, son verdaderas objeciones? Cómo
distinguirlas? Cómo tratarlas?
Foto libre tomada de la web
¿Son estas siete, las más comunes?
- No tengo plata. El banco no me presta.
Estoy muy endeudado. Con esto está diciendo que el dinero que invierta es
muy superior al beneficio que pueda percibir.
- No hay con quien trabajar. La mano de obra es escasa,
dejan los trabajos mal hechos. Lo más probable es que esté diciendo que la
inversión es dispendiosa, que exige mano de obra calificada, que no confía
en los operarios.
- Ya no es negocio. No es rentable. Con esta expresión
talvez esté manifestando que está en búsqueda de otras opciones más
rentables; que las expectativas de
antes ya no se satisfacen.
- Estoy viejo… Estará buscando ayudas, subsidios?
- El producto lo pagan mal. En la cosecha baja el
precio. Sin duda se siente inseguro, desconfiado.
- Los insumos cada día son más costosos. Es frecuente, real
y muy arraigada. No la discuta. Resalte las bondades del uso de esos
insumos.
- No me interesa. Esta surge porque aún no ha
percibido los beneficios en ganancias o en las pérdidas que puede acarrear
el no hacer lo recomendado.
Foto libre tomada de la web
Algunas pautas que le pueden ayudar.
a)
Antes de salir al campo:
.-Con su grupo de trabajo, haga un listado de las
excusas, rechazos u objeciones más
frecuentes.
.-Con sus colegas, elabore unos posibles
argumentos, resaltando aquellos que le han dado resultado en ocasiones
anteriores.
.-Practique, ensaye, pruebe, estudie.
b)
Cuando se le presenten,
ya en el campo:
.- Cálmese, cálmese. Póngase un bloque de hielo en
la cabeza. Cálmese.
.- Escuche, escuche, escuche la objeción. No
interrumpa.
.- Convierta la objeción en pregunta. Cállese y
espere la respuesta. No la sugiera.
.- Desenmascare la verdadera razón, la verdadera
objeción. Profundice con las preguntas pertinentes.
Recuerde
que muchas veces las objeciones surgen de su personalidad, de su forma de ser,
de su inseguridad, de su incompetencia, no del beneficiario, del cliente.
No le tema a los rechazos. Son saludables. Forman.
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