Ligorio Dussán
Si lo supieran…
quienes?
En primer lugar usted que es
de “los de arriba”.
Políticos y diseñador de programas y proyectos
agropecuarios. Entenderían que los Servicios de extensión son el instrumento
que hace que sus “grandes ideas” no se queden en libros que adornan los
anaqueles de los Ministerios de agricultura y Desarrollo rural. Y buscaría a los
profesionales del campo, a los extensionistas, quienes serían sus primeros y más
acertados asesores.
Piense que “En cualquiera de los países desarrollados
encontramos modelos de extensión: en Estados Unidos y Canadá, en Inglaterra,
los modelos español y francés, el alemán el
modelo de Israel, el japonés. Si los vemos todos uno a uno aparentemente
son diferentes, pero en esencia tienen lo mismo: buscan el desarrollo y el
apoyo al agricultor” (IICA. Visión 20-20. 1998)
En segundo
lugar usted, docente universitario.
Las Facultades
de ciencias agropecuarias presentan
la materia de Extensión rural como simple “electiva” de transferencia de
tecnología; o como sociología rural; o… ‘temas de asuntos rurales”.
Es esta la materia más importante de la vida
profesional porque tiene que ver con personas no con objetos. Es aquí donde se humaniza la profesión
agropecuaria, y cualquiera otra que tenga que ver con el campo: la economia,
las ingenierías, la arquitectura, la ecología, etc. etc.
Su responsabilidad, entonces como docente estaría
orientada a formar apóstoles del campo, líderes que transformen las realidades
rurales. No simples transferidores de tecnología de manera irreflexiva, a veces
alienante.
En tercer
lugar, usted, jefe inmediato de extensionistas.
Dejaría de subir peligrosamente de peso por quedarse
en la oficina “enredado en papeles”. Saldría más al campo (como cuando era
verdadero extensionista). Se daría cuenta de primera mano lo que está pasando.
Se daría cuenta de la importancia de uno de los principios del gemba-kaizen aplicado a la Extensión.
Acompañaría a sus técnicos y los animaría con su acompañamiento y apoyo. Los agricultores se
sentirían muy complacidos de tener al jefe en sus finca. Tendría la oportunidad de hacer pequeñas, cortas, pero muy productivas sesiones directamente con "el cliente"
En cuarto lugar,
usted, amigo extensionista.
Entendería que su labor es de las más nobles y
gratificantes. Disfrutaría del campo, de los paisajes, del aire puro, del
cantar de las aves, del murmullo de las fuentes de agua. Y, sobre todo de la
bondad y gratitud del hombre del campo. Su vida sería plena.
Se quejaría menos, y se daría cuenta de la gran suerte
de trabajar con personas sencillas, agradecidas, sanas. Esto lo motivaría a
continuar estudiando, a seguir preparándose, a ser cada dia una persona honesta,
íntegra, ejemplar!
Su trabajo,
entonces, sería una bendición para usted, su familia y los agricultores.
Pues desde la antigüedad, y según
Jenofonte, la agricultura es la actividad más productiva y, por tanto, la
principal fuente de riqueza, sostenimiento y prosperidad de los pueblos. Por
eso dice que: “La agricultura es la madre y
nodriza de las demás artes”. [1]
Quiere agregar algo más a la lista?
Exitos.
Exitos.
[1]
Prof. Dr. Eduardo
Escartín González . Disponible en: http://personal.us.es/escartin/La_Antiguedad.pdf
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