Con motivo del post anterior recibí varios comentarios, unos exponiendo sus desacuerdos con lo allí expresado, y otros en favor. Uno de ellos, a. Quien llamaremos Ramiro S*, comentaba: “estoy muy de acuerdo en contar con indicadores en los procesos de extensión y asistencia técnica, que midan la eficiencia de estas labores; de esa manera se pueden mejorar aquellos que sirven, y desechar los que ya son obsoletos…Hay que cambiar habladurías por hechos y datos, gráficos, visibles.”
Figura tomada de Manual de indicadores.
http://www.colmayor.edu.co/uploaded_files/images/archivos/normograma/manuales/Manualindicadoresversion20(may8)10(1).pdf
Algunos hechos dicientes.
· A un alto directivo regional de un gremio importante, en una ocasión, al finalizar el año laboral le escuché decir con cierto alarde que estaba contento porque había cumplido con todos los indicadores que le había señalado la oficina principal. Sin embargo, los productores se quejaban por los bajos precios de sus productos, el alto costo de los insumos y el gran endeudamiento con los bancos. Los que le habían asignado a aquel director no eran indicadores pertinentes.
· En una ocasión, cuando trabajaba como Coordinador Seccional del Comité de cafeteros en el Huila, me visitaron Francisco Jiménez (q.e.p.d) y otro directivo de oficina central. Salimos al campo, hablaron con la gente y vieron algunos proyectos; revisaron algunos informes y discutimos algunos temas en los cuales me había metido más de lleno: la asociatividad, los grupos de amistad y un concurso propio para la seccional sobre conservación de suelos.
Mi tiempo lo dedico a lo que requiere más atención. A lo que ya hacen ellos, no.
En el almuerzo de finalización de la comisión, tuvimos oportunidad de intercambiar algunas impresiones. Recuerdo que Francisco me preguntó muy preocupado: “¿Y las labores educativas[1]en café, que es en lo que lo miden a usted? Siento que usted está muy entregado a otras actividades muy diferentes a ese programa”. Le respondí con mucha seguridad y documentado con registros: “Pacho, ¿para qué dedico mi tiempo y mis esfuerzos a unas labores cuya meta “de aplicación”[2]los productores la están cumpliendo solos? Ellos ya saben la técnica. Me limito a que lo que están haciendo lo hagan bien. Mejor dedico mis esfuerzos a otras actividades que más se necesitan, como la consolidación de los grupos. Estoy procurando que mis actividades sean lo más eficientes posibles”.
-Estoy de acuerdo con usted, fue su respuesta. Y me dio la mano en señal de conformidad, diciéndome: “Estoy de acuerdo con usted. Así se debe trabajar”.
¿Con qué indicadores cuenta usted?
¿Sirven para monitorear su trabajo, o solo para el final del semestre, del año, o al terminar el programa?
¿Esas gráficas las tiene en un archivo de computador, o impresas, visibles, pegadas en la pared?
[1]Las labores educativas comprendían los métodos de extensión: visitas a fincas, reuniones, días de campo, demostraciones, cursos cortos, etc.
[2]Las labore de aplicación son las realizaciones hechas en campo; siembras, renovaciones, fertilizaciones, etc.
Completamente de acuerdo con Ud. Dr. Kigorio, reo que es conveniente que los extensionistas esten pendientes de la consolidación y de que los productores puedan generar ingresos suficientes para cubrir sus necesidades y generar ecedentes que le permitan ahorrar para futuras inversiones. esto permitirá que se puedan beneficiar mas productores y pouedan recibir los beneficios estatales.
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