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lunes, 31 de octubre de 2016

UN VIAJE CON EL DIRECTOR NACIONAL DE EXTENSION.



Ligorio Dussán

Mi compañero de viaje en el avión.
Regresábamos de Pereira a Bogotá después de una semana bastante intensa de observación y refuerzo de la “Campaña contra la broca del café”. Hacía algún tiempo se había reportado su presencia en la zona cafetera más importante del país. Naturalmente todos los esfuerzos humanos y técnicos se habían volcado oportunamente a esa área para aplicar las recomendaciones establecidas en las circulares alusivas “en caso de presentarse la broca”. Estábamos en otras áreas aledañas.

Como la silla de mi lado estaba desocupada, el doctor Alvaro Rodriguez G. (Director nacional de extensión, en ese tiempo) me preguntó si podía sentarse allí. Naturalmente acepté gustoso. Estaba leyendo una revista, pero la guardó en su maletín mientras hablábamos de la experiencia del evento.

Los profesionales de oficina central, del Departamento de comunicaciones (así se llamaba entonces) fueron los encargados de dirigir y capacitar a los extensionistas, apoyados por científicos entomólogos de Cenicafé; y con la asesoría de los Supervisores nacionales de extensión, de los cuales yo formaba parte. Dos grandes personajes (ya fallecidos) marcaron la pauta de la campaña y -de paso- mi formación inicial como extensionista; y a quienes recordaré con especial aprecio y gratitud: Héctor Alarcón Correa (el creador del personaje y primer “Profesor Yarumo”, y Alvaro González Mora.  (Aclaro, en ese entonces yo era muy jovencito!)

El grupo de técnicos de campo.
Con ese motivo hubo una masiva contratación de ingenieros agrónomos y técnicos para capacitar y motivar a los caficultores a hacer correctamente las labores de control y manejo de la plaga. Todos fueron sometidos a exámenes psicotécnicos y a una entrevista con el responsable de extensión. Su contrato era por un año.

Como es mi costumbre pregunté algunas cosas personales a quienes estaban involucrados en la campaña. Uno de los extensionistas de campo me impresionó positivamente desde cuando me comentó que era hijo de caficultor, que tenía una parcela de café y que había terminado su carrera de Derecho en el semestre anterior.

Quedé asombrado! -Usted abogado, hablando de broca? –Y… cómo le va en esta actividad de la campaña? – le pregunté muy interesado. -Muy bien –me respondió. Y acto seguido me argumentó: -Mire, Ligorio, ya llevo un mes del contrato y he entendido lo que se busca con la campaña: inducir a los caficultores a que apliquen las recomendaciones que se les ha enseñado en los cursos y que están en la cartilla que se les ha entregado; a que hagan las cosas, a motivarlos. Y para eso yo soy muy bueno. Les sé llegar y los muevo a quecontrolen. Por eso me contrataron, además soy cafetero y conozco el problema. Pasó a  explicarme cómo hacía su actividad y por qué la hacía así. De verdad que me impactó positivamente su entusiasmo y su seguridad en el trabajo.

El comentario del Dr. Rodríguez.
Esta experiencia vivida con el profesional de Derecho se la expuse a mi jefe, compañero de viaje, con los detalles que el mismo técnico me había dado, empezando desde la convocatoria, pasando por las entrevistas, la contratación, la capacitación y las primeras reuniones con los caficultores. El Dr. Rodríguez me escuchaba muy atentamente, como solía hacerlo.

Al terminar mi “informe verbal”, y cuando el piloto anunció que estábamos descendiendo, mi interlocutor se limitó a decir:

-Ligorio, es el verdadero sentido den trabajo de extensión: conocer muy bien al caficultor, entender sus problemas, y buscar animarlos a actuar de acuerdo con la tecnología experimentada. Ese personaje del que usted me habla ha asimilado muy bien su papel como extensionista, y de allí su éxito.

Acto seguido sacó del maletín de mano la revista que estaba leyendo y me  señaló este párrafo[1] que había subrayado: “El filósofo griego Artistóteles, uno de los padres fundadores de la teoría de la comunicación, creía que la persuasión se produce cuando están presentes los siguientes tres componentes: ethos, logos y pathos. El ethos es la credibilidad; el logos representa la capacidad de persuadir mediante la lógica, los datos y estadística. El pathos es el acto de apelar a las emociones”.

Y me mostró esta figura, en la que representaba el análisis de una conferencia de Bryan Stevenson en TED, votada como una de las más persuasivas en TED.com.  Contenía los tres elementos pero el correspondiente al pathos, a los sentimientos, era el que más había predominado. El pathos representaba el mayor porcentaje (65%)




Es que simplemente no es posible persuadir a base de lógica, de números, de rentabilidades, remató el Dr Alvaro.

Ya en tierra, al despedirnos me preguntó. Cuál de estos tres elementos predomina en sus charlas técnicas?




[1] Tomado de Hable como en Ted. Carmine Gallo. Formato digital. Sep 2016

lunes, 17 de octubre de 2016

martes, 11 de octubre de 2016

PLANEE SU TRABAJO DE EXTENSION Y ASISTENCIA TECNICA EN TRES PASOS.

Acompañé hace algún tiempo a un colega a hacer una visita de asistencia técnica a un cultivo permanente, y llevaba trabajando algunos años en la zona. Me llamó la atención su pensamiento gerencial para llevar a cabo su trabajo.
Antes de salir al campo me explicó la filosofía de su planeamiento. Me dijo que su plan de acción consistía en tres etapas:

martes, 4 de octubre de 2016

NO LEA ESTO SI USTED Y LOS PRODUCTORES QUE ATIENDE, VIVEN FELICES ENDEUDADOS.



Ligorio Dussán

Cuando trabajaba…
Como coordinador de un equipo de extensión, una de las principales labores era la de planificar créditos: para siembra, mejoramiento, sostenimiento, capital de trabajo y muchos otros. No pocas veces teníamos que hacer visitas a las fincas para refinanciar los créditos, por desvíos de los recursos: la mayoría de las veces “pa’lambre”, como la solicitud de un agricultor al gerente del banco. Al hacer el inspector la revisión de la cerca no encontró la inversión. El agricultor le replicó que su solicitud no había sido para cerca alguna sino “pal’hambre”.

Recuerdo tres casos bastante críticos: a uno fue imposible liberarlo de esa esclavitud. Tuvo que vender parte de la finca para cancelar la deuda. (Y no es el primer caso). Otro, pudo salvarse después de tres refinanciaciones. Una calamidad doméstica familiar casi lo quiebra. (Al banco no le importa las penurias de los clientes).  Y uno tercero, al que volví a ver después de veinte años, con una vivienda deteriorada, y sus cultivos en mal estado, la causa de su quiebra fue una fianza a un familiar.

Y usted, como yo, hemos cometido esos errores: Enseñamos a producir, pero no eseñamos a vivir!. Lo aprendí más tarde.

El crédito, una esclavitud?
Pregunto: qué porcentaje de productores de su zona tiene crédito bancario? Me equivoco si digo que el ciento por ciento?. Algunos –si no bastantes- también tienen uno extrabancario. Usted, personalmente, tiene un crédito bancario familiar, fuera del de la vivienda? Cuantas tarjetas de crédito tiene? Qué esclavitud! Vive feliz “enculebrado”?. Los productores que atiende usted viven contentos, así, endeudados?

Una cosa es el crédito de inversión y otra el crédito familiar. De la producción de la inversión deben surgir os recursos para los gastos familiares. Eso implica que deben hacerse dos presupuestos por separado: (primero el familiar y luego el de la empresa (finca, o explotación agropecuaria). El gerente-dueño debe asignarse un salario.

La productividad o el bienestar, cual es el objetivo?
Alguien con quien compartía este tema, me  recordó que como asistente técnico, como extensionista buscamos “el bienestar del agricultor y su familia mediante un proceso educativo…”. Y me preguntó ¿está procurando ese bienestar? O le está causando más angustias con la esclavitud del crédito? A quien está beneficiando? Me presentó un recorte de prensa que decía: El Sistema financiero de Colombia obtuvo unas ganancias de Los establecimientos de crédito informaron de utilidades por 2,9 billones de pesos al cierre del mes de marzo de acuerdo con el reporte entregado a la Superintendencia Financiera. De esta cifra, los bancos contribuyeron con $2.7 billones seguidos por las corporaciones financieras con $140.000 millones, las compañías de financiamiento con $40.000 millones y las cooperativas financieras con $ 21.000 millones”.

Me afirmó esto: Llegué a tener cuatro tarjetas de crédito!. Vivía de un salario modesto. Tenía cuatro hijos. Mi esposa no tenía ingresos. Tenía la hipoteca de la casa y tres hijos en la Universidad al mismo tiempo. Cuando terminé de pagar las tarjetas de crédito me sentí gozosamente libre.

Una charla con el presidente de una empresa.
Su esposa dice que sabe manejar muy bien el dinero; (y eso lo pregona ella entre sus amistades). En varias charlas con este CEO sobre estas inquietudes mías, me sugirió algunos tips de las conferencias y libros de Dave Ramsay, de los cuales extracto –y creo- pueden ayudarle a usted para su vida familiar y en su trabajo con las familias de los productores.

Propóngase como meta, hacerlo usted y al menos con un productor diferente cada semana. En lo posible que sea líder. Al final del año tendrá un buen número de posibles multiplicadores:


Primero: Separe los presupuestos: el familiar y el de la  finca o empresas.
Segundo: Cero tarjetas de crédito. Cancele los créditos. Mantenga solo el de la vivienda.
Tercero: Tenga una Cuenta de emergencia, pero para eso: urgencias. Y reponga el valor cuando haga uso de ella. Valor de la cuenta? Entre tres y cinco meses de gastos. No de ingresos.
Cuarto: Ahorre el 15% de los ingresos brutos.



Si usted sigue por el momento estos tres pasos pronto se verá libre de las tarjetas de crédito y de las deudas. El día que logre esto, celébrelo!, con un almuerzo familiar. Tómese una foto, súbala a Facebook y me la envía.

Quiero felicitarlo y celebrarlo con usted. 
Espero esa foto!




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