Segunda destreza… Mmmm…¿Cómo podríamos
llamarla…?
Es
el segundo día de mi seminario-taller de Extensión para Extensionistas Audaces.
Todos se muestran entusiastas. La sala vibra, después de que cada uno identifica y resalta su riqueza y potencialidad como persona y como profesional de la
Extensión rural. Han descubierto su capacidad para transformarse y contagiar
a las personas con quienes interactúan, compañeros y agricultores.
Se reinicia este segundo día con la
siguientes preguntas: -¿Alguno de ustedes ha trabajado o trabaja en mercadeo? Ha
sido, o es vendedor?. Muy pocos levantan la mano.
-¿Qué
han vendido? –les interrogo de nuevo.
_Libros,
- dice uno.
-Insumos
agrícolas, -dice otro.
–Calzado,
ropa, etc, dice una dama.
Generalmente
se sorprenden con las preguntas.
–Nadie
más ha tenido experiencia en ventas? –insisto.
Ante
el silencio finalmente pregunto:
-Y…¿qué
han hecho ustedes durante este tiempo de trabajo como Extensionistas para que
sus agricultores acojan sus recomendaciones?
Rompo
el silencio, les pido a todos que se pongan de pie, y levanten la mano derecha. Con un brevísimo discurso de graduación, muy motivaciones, en nombre de la Universidad
de la Vida, los proclamo a todos…VENDEDORES! Hay fuertes aplausos!.
Con
una serie de argumentos y ejemplos prácticos descubren cómo en los casos en los
que han tenido éxito, cuando los agricultores han adoptado alguna práctica o
idea nueva, ha sido en razón a que se han aplicado –talvez de manera
inconsciente- alguna estrategia de ventas. Todos, todos, todos, entonces, somos
vendedores, es la conclusión.
Infortunadamente
la Universidad nos transmite conocimientos, pero no nos enseña lo más
importante: cómo vender…nos. No nos enseña siquiera a diligenciar una hoja de
vida, primer documento de ventas.
Vendemos
la empresa en la que trabajamos, somos su imagen. Vendemos nuestra profesión,
los programas que adelantamos, la tecnología que transferimos. Sin embargo, la
mayoría de las veces nuestras comunicaciones no tienen la garra vendedora. Las
reuniones, los días de campo las demostraciones, enfatizan más en las
características: “Aplique tantos gramos de…” “Haga el corte a tantos centímetros
del suelo” “Esta variedad mejorada de…
tarda tantos meses desde la siembra hasta la cosecha”. El bloque nutricional se
prepara de la siguiente manera…”.
Si
nos interrumpen con algún rechazo u objeción a la propuesta técnica o al
proyecto, quedamos en silencio; o… nos efadamos. En el peor de los casos nos
convencen. Nos convertimos, entonces, en agentes de cambio…cambiados! Casos he visto.
Saber
vender, aprender a conocer y manejar las objeciones es una habilidad
inaplazable. Asista a cursos, practique. Ensaye, por ejemplo, esta respuesta
cuando se le presente una objeción: “Precisamente
por eso”. Cuando le digan: “Es que soy pobre y no tengo dinero para aplicar
esa técnica”: –Precisamente por eso... porque aplicando esta técnica sus ingresos
mejoran. –“La mano de obra es muy escasa”. Precisamente por eso… los pocos
trabajadores prefieren trabajar en cultivos tecnificados. Además, con los
mayores rendimientos le permiten pagar un poco mejor la mano de obra.
Un
técnico de la Federación de cafeteros de Colombia, después de pedirle cita
varias veces a un gran empresario, fue a visitarlo a su oficina. Quería
ofrecerle un programa de asistencia técnica especial para grandes productores.
No había iniciado la presentación cuando el empresario lo interrumpió
diciéndole: -“Sabe qué? Yo no tengo tiempo para atenderlo. Vuelva otro dia”. (Usted
amigo lector qué hubiera hecho? Si duda le hubiera pedido otra cita que nunca llegaría.) El técnico echó mano a este recurso y le
respondió con firmeza: “Precisamente… por eso es que he venido, a ofrecerle este
programa diseñado para empresarios como usted… que no tienen tiempo para
asistir a reuniones o estar en las fincas con regularidad…”. No solo le escuchó el plan, se interesó. Aceptó el proyecto y felicitó al Extensionista por haber sido AUDAZ.
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