VEA ESTO.
Hace algún tiempo tuve el primer acercamiento a un gran programa nacional
con financiación internacional, de extensión y medio ambiente; específicamente un programa del recurso agua.
El grupo directivo del proyecto me explicó los objetivos, los inicios y la
estructura organizacional. Uno de los jefes era el encargado de la gestión de riesgos.
-¿Riesgos en un programa de campo, de extensión?- Fue mi pregunta. Se
tratará, de riesgos laborales, talvez, le insinué.
-No, no, son los riesgos del programa, incluidos -desde luego- los
laborales, afirmó.
-Pero, que riesgos puede tener un programa de extensión y asistencia
técnica, fuera de los pocos laborales?, le repliqué.
El profesional, experto en estos temas me fue aclarando el punto, y
manifestó:
-Esto fue un problema al principio, cuando estábamos identificando y
cuantificando los riesgos de este programa. Los extensionistas y asistentes
técnicos no veían riesgos en nada, salvo en el manejo de plaguicidas. Al
contrario, cuando realizamos talleres con otras dependencias que tenían
relación con el programa toda actividad la consideraban un riesgo. Era como un péndulo.
De ningún riesgo a todo riesgo. Fue necesario trabajar bastante hasta llegar a
unos consensos y darnos cuenta de la importancia de eta materia; y poder así
definir los factores de riesgo que pudieran afectar negativamente el éxito del
programa.
-Por ejemplo -continuó explicándome el gerente de riesgos: Si los buenos
resultados de un programa o un proyecto social, agropecuario o ambiental, dependiera
de solo cuatro factores, como por ejemplo:
a) la contratación de personal,
b) la idoneidad de los proveedores,
c) la calidad de los insumos y
d) el mismo diseño de la metodología de trabajo;
y, si cada uno de ellos tuviera la probabilidad de solo un 80% de cumplir
completamente con lo previsto, de excelente calidad, la probabilidad de lograr con
éxito los propósitos, sería de
Logros del Proyecto= .80 X .80 X .80 X .80 = 0.41. Solo el 41% !
Solo el 41%? Le pregunté con asombro. Y pensé en un proyecto de cultivo
que, por ejemplo, tuviera ocho factores
básicos en su desarrollo, con un porcentaje de plenitud de cada uno de ellos de
la siguiente manera:
100%, 90%, 80%,100%,50%,70%,100%,90%.
El buen resultado llegaría a
solo un 22,7%
Si. Se da cuenta, entonces, de la
importancia de la Gerencia de riesgos? –me enfrentó el colega.
Pensé para mis adentros: hay razón para que muchos proyectos
agropecuarios se queden a medias, resulten poco rentables y los productores pongan
muchos reparos, especialmente aquellos en los que tienen cinco, siete o más
factores técnicos, controlables, así se insista sobre ellos permanentemente; independiente de los externos como clima, plagas,
mano de obra, cantidad y oportunidad del crédito, etc.
-Y cuáles son los pasos principales que usted sugeriría para hacer una
gestión de riesgos en proyectos agropecuarios?, -le indagué con especial interés.
Me respondió:
Primero: Haga un trabajo de grupo con las personas y las
dependencias que tienen relación con el proyecto, para identificar el número de los factores principales que
pueden afectar negativamente los resultados.
Segundo: Cuantifique las probabilidades del riesgo de
cada uno de esos factores.
Tercero: Calcule la severidad de los mismos, multiplicando las probabilidades por los
impactos (alto, medio, bajo).
Cuarto: Elabore una matriz con la severidad de los
riesgos calculados. Y diseñe el plan para prevenirlos o mitigarlos.
No es difícil, me insistió. Existen documentos y publicaciones sobre el
tema.
Apreciado colega: Usted ha calculado
de cuantos factores depende el éxito de su proyecto social, ambiental o
agropecuario?
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